Hay quienes tienen vínculos saludables, pero otros pueden establecer relaciones sumamente nocivas.

Cada persona se vincula con otra de forma diversa. Hay quienes establecen vínculos saludables, pero también están aquellos que por una u otra razón, pueden recaen en relaciones tóxicas, en donde las peleas, los celos extremos, los malos tratos verbales, la indiferencia, el menosprecio, entre muchas situaciones, conducen a una desvalorización perjudicial para quien padece este tipo de vínculo.

Y así, las relaciones van ‘normalizando’ estas conductas nocivas en una especie de ‘círculo’ del que muchas veces los integrantes no suelen ser conscientes de esta situación.

En este sentido, el Médico Psiquiatra mendocino Ezequiel Arias Van Lierde señala que “suele suceder que muchas personas que acuden al consultorio por un síntoma inespecífico como puede ser ansiedad, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, cambios en el humor, desgano luego de poder abrirse en la entrevista sobre cómo es su vida cotidiana, surgen elementos que indican que estos síntomas son productos de las situaciones que les toca vivir de forma doméstica con su pareja en la casa”.

Así, estas relaciones llamadas tóxicas son un gran problema. ¿Quién no tiene un familiar o un amigo que está totalmente inmerso en una relación que ni le conviene ni le hace feliz y a la que todos ven poco futuro? ¿El problema?, que la otra persona no lo ve y no hay manera de hacérselo ver.

“Este tipo de relaciones tienen una característica principal y es que producen un deterioro constante de la autoestima, del estado de ánimo y de las relaciones interpersonales. Son vínculos que destruyen a las personas desde adentro. Un año parece una década dentro de una relación tóxica por el intenso desgaste personal. En este sentido, la disfuncionalidad de la pareja hace que la persona que está en ella, se vaya deteriorando en estos aspectos, autoestima, recursos personales, vínculos sociales, quedando aislado y por tanto teniendo como única realidad la situación cotidiana de los problemas de la pareja”, afirma Arias Van Lierde al suplemento Mujeres de Elsol online.

¿Cómo darse cuenta?

Muchas personas pueden estar dentro de una relación tóxica y desconocerlo totalmente, exponiéndose así a una serie de daños emocionales e incluso físicos que podrían evitarse si lograran detectar a tiempo algunas de sus características.

Existen ‘disparadores’ que pueden alertar estar viviendo dentro de un vínculo tóxico.

“Algunas cosas como por ejemplo que a tu pareja le molesta que pases tiempo con tu familia, si revisa tu teléfono o tus redes sociales, si no respeta tu privacidad, si no haces lo que quiere se enoja, no te deja tener amigos o vínculos nuevos. O tal vez critica tu manera de vestir o intenta influir en tu aspecto personal o te está recordando errores o problemas surgidos en el pasado trayéndolos a colación en cada discusión que surge, pueden ser siempre disparadores”, afirma el médico psiquiatra. Y agrega: ”Una relación de este tipo suele crear un “fantasma del pasado”, una ofensa, una discusión, una dificultad vivida a la que constantemente se recurre, un fantasma que aparece cada vez que surge un problema del cual se sacan conclusiones sobre quien uno es ‘vos siempre sos’…. ‘vos nunca haces’ ‘te das cuenta que por eso vos sos’, y finalmente el adjetivo descalificativo que se repite”.

Así, luego de sostener en el tiempo una relación con estas características lo que se puede ver es que la persona puede terminar con una o más de las siguientes características:

-Baja autoestima, pensando que nadie más podría quererlos fuera de la otra persona con la que sostienen la relación.

-Miedo a la soledad, inseguridad.

-Sostener la falsa idea que son la solución para los problemas de su pareja.

-Dependencia de tipo emocional, supliendo una carencia personal en la relación.

-Temor por el futuro, pensando que se puede perder el estado de “equilibrio logrado”.

“En las relaciones con características tóxicas existe una fantasía de que ‘el otro va a cambiar’ y que de repente, todo te va a solucionar y va a quedar atrás.Siempre el conflicto actual es el ‘último conflicto’. Y es esta fantasía de que todo se va a solucionar la que le suele impedir a las personas romper este círculo de “zona de confort” sintiendo un gran miedo al vacío fuera de la relación, el cual de forma constante se alimenta (‘yo soy el único que te puede querer’, ‘no sé cómo te las vas a arreglar sin mí’ y cosas por el estilo)”, argumenta el especialista.

 

¿Cómo recuperar la autoestima y elegir relaciones sanas?

“La razón por la que elegimos una pareja, compartir una porción de nuestra vida y de lo que somos, tiene una finalidad desde nuestro punto de vista y es sumar a nuestra propia experiencia. Compartimos y nos entregamos porque, desde un punto de vista subjetivo, nuestra pareja nos aporta “un algo”. En términos de funcionamiento saludable, en la pareja hay una entrega y también una recepción, de afecto, amor, compañía, intimidad, en fin un intercambio que permita que esta relación se pueda sostener en el tiempo. En este sentido, compartir nuestra vida es una inversión ya que nos retribuye, afecto, contención, comprensión, compañía, etc.”, afirma Arias Van Liede.

Es importante recurrir a tiempo a un profesional en salud mental a fin de que pueda asesorar de forma confidencial en caso de tener algún tipo de duda antes de que pueda pasar algo grave.

“Muchas veces, es a partir de la propia forma de ser que uno genera vínculos con los demás. Por tanto, a partir de iniciar un tratamiento psicológico, uno puede trabajar sobre los aspectos claves a partir de los cuales uno entabla y sostiene las relaciones, de esta manera se puede empezar a sanear los vínculos. Recordar que uno no está solo y que existen muchos recursos para poder pedir ayuda, tanto de forma privada con un profesional como a través de los canales públicos destinados a tal fin”, concluye Ezequiel Arias Van Liede.

 

Agradecimiento: Ezequiel Arias Van Lierde, Médico Psiquiatra. Mp: 9286. Director General de Bienestar en Línea.