Por: Dr. Ezequiel Arias Van Lierde

El cambio es visto para el cerebro como una amenaza. Existen pequeños cambios en nuestro ámbito que se traducen en pequeñas amenazas y también existen grandes cambios a los que sentimos que no vamos a poder adaptarnos. En el entorno laboral actual y con la crisis generada con la pandemia hay un nuevo tipo de amenaza para el cerebro: “Todas las amenazas juntas”. La sensación subjetiva que se genera es de shock; vemos muy difícil la posibilidad de superar la crisis , la difícil situación económica y preocupaciones por la sustentabilidad del negocio, el aumento de conflictiva y reclamos de diversa índole en los equipos de trabajo, la rápida adaptación a la utilización de medios digitales para prestar servicios son algunos de los factores que contribuyen a lo anterior. Hay un ingrediente más que es muy importante, el trabajo como un medio de vida, asegura la supervivencia de la persona en nuestra sociedad, no es tan fácil mirar para otro lado. Desde un punto de vista estrictamente biológico, la reacción a la que se enfrenta el cerebro al tener que enfrentar las dificultades en el medio laboral es la misma que verse atacado de forma constante por una bestia salvaje en el bosque.

Otro ingrediente interesante para considerar frente a la incertidumbre, esta falta de capacidad para dar previsibilidad a nuestras actividades y nuestro sustento, es la duración en el tiempo. Conforme progresa la pandemia sostener esta situación de tensión y atención para resolver y planificar las diversas situaciones problemáticas que van surgiendo en el trabajo van llevando a un desgaste que se vuelve insostenible en el tiempo. Como un malabarista que tiene que tener objetos en el aire por tiempo indefinido.

Es bueno saber que en este entorno hay algunas herramientas que podemos implementar para poder sobrellevar el proceso y enfrentar la incertidumbre:

1- Escribir detalladamente las fuentes de preocupación de la forma mas extensa posible nos permite reducir la vivencia subjetiva de que los problemas son inabordables, es la mejor manera de poder pensarlos, de la misma manera que resolveríamos un problema matemático en el papel, reducimos la incertidumbre por medio de limitar el problema a lo que podemos redactar.

2- Compartir los problemas y las preocupaciones con el equipo de trabajo, de la misma manera que repartir la carga hace que se pueda sostener mejor el peso de la misma. La posibilidad de reflexionar y pensar con los demás nos ayuda a limitar la vivencia subjetiva de los problemas y pensarlos de forma mas objetiva.

3- Buscar alguna actividad en la que podamos enfocar nuestra conciencia de forma plena. Esta es la única forma de poder limpiar la mente y liberarla del proceso rumiatorio de tener que estar pensando todo el tiempo en los problemas y las soluciones. Si podemos apartarnos de nuestros problemas desde un punto de vista emocional siempre podemos tener una mirada mas fresca y encontrar nuevas soluciones. Como decía el gran escritor Argentino y Psiquiatra José Ingenieros: “uno descansa verdaderamente cuando hace otra actividad.”

Como reflexión final cabe pensar que el futuro del trabajo necesita tener un enfoque preventivo sobre la salud laboral y las propias capacidades que cuide a los empleados y permita el desarrollo de capacidades. En el mundo se esta hablando progresivamente mas de tener estrategias de prevención en lo relativo al desgaste laboral y el deterioro de las capacidades, esto además de cuidar a quien trabaja también termina siendo una estrategia mas sustentable desde el punto de vista económico.